Las organizaciones enfrentan un desafío concreto: manejar grandes volúmenes de datos diversos, sin perder trazabilidad ni velocidad de análisis. Entre silos, formatos distintos y demandas en tiempo real, aparece una solución que deja atrás viejos modelos: el Data Lakehouse.
Durante años, se optó por dos caminos distintos para gestionar datos. Por un lado, los Data Warehouses ofrecían estructura, precisión y consulta eficiente. Por otro, los Data Lakes permitían almacenar sin límites, pero sin garantizar orden ni calidad. La brecha entre ambos modelos creció a medida que los datos se multiplicaban y las necesidades del negocio se volvieron más urgentes.
El Data Lakehouse unifica lo mejor de cada enfoque: la capacidad masiva y económica de almacenamiento sin procesar, junto con la lógica estructurada, el control y la seguridad propias de los sistemas tradicionales. La diferencia está en que no hace falta elegir uno u otro ni replicar datos: todo convive en un único espacio.
Gracias a tecnologías como Delta Lake, Apache Iceberg o Snowflake, el Lakehouse permite trabajar con transacciones ACID, versionado de datos, consultas SQL optimizadas y acceso simultáneo desde diferentes equipos. Los datos pueden ser crudos o refinados, y estar disponibles para analistas, áreas de IT, finanzas o ciencia de datos, sin procesos intermedios.
Un ejemplo concreto de esta implementación fue el trabajo que realizamos en López Hnos., donde armamos un Data Lake en la Nube Quilsoft para conectar y visualizar datos provenientes de Odoo mediante Power BI. Esto permitió a la organización mejorar el análisis de información, generar reportes automatizados y tomar decisiones con mayor precisión.
El impacto es claro: menos roce entre sectores, menos costos en transformación y mantenimiento, y mayor capacidad para responder rápido. Desde el diseño de productos hasta la detección de patrones, las decisiones se basan en datos consistentes, confiables y accesibles.
Este modelo no es una moda tecnológica. Es una forma de pensar la arquitectura de datos con visión de futuro. Las empresas que ya adoptan esta metodología están viendo mejoras tangibles en rendimiento, eficiencia y toma de decisiones. Y lo más importante: logran escalar sin comprometer calidad.